31 mayo 2006

Día 1: Viaje y llegada

Salimos de casa muy temprano y llegamos al aeropuerto 3 horas antes de que salga nuestro avión, asi que nos toca esperar hasta que abren los mostradores y canjeamos los billetes por las tarjetas de embarque de los dos vuelos de ida, y facturamos las maletas, que pesan unos 14 quilos cada una, lo que nos deja 6 quilos libres para traer friqueces! En los mostradores ya podemos comprobar que la gente va estresada en los aeropuertos, porque unos un poco mas y se pegan por ver quien factura primero y quien segundo... (Y eso que los primeros éramos nosotros... pero mejor que se peguen los demás, no? xD ).

Una vez nos hemos desecho de las maletas-tanque nos despedimos de nuestro padre que nos ha traído en coche y pasamos los controles de seguridad para acceder al área de puertas de embarque. La verdad es que el aeropuerto de Barcelona está muy bien organizado, la zona de puertas es un pasillo enorme (repleto de tiendas y restaurantes), que a un lado tiene unas zonas triangulares donde se aglutinan las puertas y los puentes de embarque, de tal manera que solo tienes que recorrer el pasillo y fijarte en los carteles del techo que te indican donde está tu puerta, una vez llegas a tu sala triangular te sientas en las muchas hileras de sillas que hay y a esperar que salga tu vuelo. Todo esto puede parecer perfectamente elemental, pero ya nos daríamos cuenta al llegar a Milán que no todos los aeropuertos son así de "lógicos"...

Como es normal la espera se nos hace eterna por las ganas de subir al avión, un McDonell Douglas Super-80 (al menos a mi, que soy un friqui de estos trastos). Pero una vez dentro todo va bastante rápido, en media hora estábamos volando, y en 2 habíamos llegado al aeropuerto de Malpensa, Milán. El viaje fué como la seda, había bastantes nubes, pero nada de viento, asi que fué un viaje tranquilo, aunque no placentero, porque hay que ver el calor que hacía ahí dentro! Impresionante, debía tener el aire acondicionado estropeado... Aún asi nos amenizaron el viaje con unas galletitas y una bebida.






Una vez en Milán empieza el cáos, ése aeropuerto es un laberinto, es todo alargado, hecho de diferentes secciones MUY separadas entre si, y con las puertas de embarque poco agrupadas. Tuve que preguntar en información donde quedaba la nuestra porque fuimos incapaces de descifrar los crípticos y contradictorios carteles de dirección. Suerte que no llevábamos las maletas porque nos tuvimos que pegar una pateada impresionante.

Para acabar de arreglarlo el avión salía 3 horas después de nuestra llegada, que esta vez se hicieron infinitamente mas largas que las de espera en Barcelona.
Pero todo llega, y al final aunque las azafatas del mostrador de embarque intentaron engañarme con la hora de salida (WTF?!) subimos al avión totalmente inconscientes del calvario que nos esperaba...

Si el McDonell Douglas Super-80 era una avión sencillito y antiguo este por contra era moderno y bastante mas grande como es lógico. Tenía pantallas en los pasillos y en todos los respaldos de los asientos, que a priori nos parecieron suficientemente amplios (JA!).

Una vez guardados todos los bártulos en el compartimiento superior y con todos los snacks y guarradas pertinentes preparados y dispuestos en el bolsillo del asiento llega la hora de trastear con la pantalla! Para empezar nos dimos cuenta que mostraba un mapa de Europa con el avion situado en Italia, y una fina ralla roja que indicaba la ruta a seguir, de vez en cuando esta pantalla alternaba con otra que mostraba la distancia recorrida (0km), la que quedaba (tropecientosmil km), la velocidad, la temperatura exterior, la altura y la hora estimada de llegada al destino.
Inmediatamente descubrimos el mando-super-techno de la susodicha pantalla, que va guardado en los reposabrazos.
Este mando sirve como mando de la pantalla y los menús multimedia (parecido a un mando de tele), pero si lo pones de lado tiene los botones de un mando de consola (cruceta, A-B-X-Y, start y select e incluso gatillos superiores L y R!) y si le das la vuelta te encuentras con un teléfono que funciona a base de tarjeta de crédito (lleva una ranura en un lateral para pasarla).
El trasto en cuestión no empezo a funcionar con todas las opciones multimedia hasta que llevávamos media hora volando mas o menos (mi hermano estába ya de los nervios...)

Supongo que puedo decir que el viaje fue bien... si es que algun viaje tan largo puede ir bien.
Como tienes muuuchas horas para pensar en el avión (porque yo no conseguí dormir mas de 10 minutos seguidos) alcanzé a comprender que este tipo de viajes-de-la-muerte se dividen en tres fases, a saber:

Fase 1 (Normalmente comprendida en las primeras 4 horas de vuelo): En esta fase todo es de color rosa, los asientos te parecen amplios y cómodos, las azafat@s simpátic@s, el avión rápido, y crees que con todas las películas que hay el viaje se hará corto... jujuju...

Fase 2 (desde la cuarta hora y mientras el cerebro aguanta, por lo que su duración depende de cada persona): Esta es la fase crítica, asi que si alguien ha pasado por ésta y no sufre secuelas traumáticas, enhorabuena! podría superar el entrenamiento de un SWAT sin despeinarse!
En esta fase es cuando la paciencia se acaba, te das cuenta que de las películas que hay sólo una o dos son aptas para el consumo humano, y que no están dobladas a suficientes idiomas como para entretenerte durante todo el viaje; el culo ya ni lo sientes, pero sabes que si aún conservaras la sensibilidad en esa parte del cuerpo, en ese momento te estaría doliendo; tienes los pies tan hinchados que podrías derrumbar edificios a patadas (y asi se mantendrán el resto del vuelo por muchas veces que vayas al lavabo), el capullo del asiento de delate se ha tumbado del todo (Y ademas duerme como si estuviera en su cama), y tienes que escurrirte asiento abajo si quieres ver lo que sale en tu monitor. También recuerdas por que la comida de avión no se considera comida, y te parece que el segundero de tu reloj va marcha atrás.
Un gran peligro de esta fase es mirar el mapa que sale en las pantallas de los pasillos, pues si te falla la fuerza de voluntad y dejas que tu vista se pose sobre él, ni que sea un solo segundo, tu alma ya está condenada para siempre (o al menos hasta llegar a la siguiente fase), ya que el maldito avión del mapa parece no moverse: Miras y ves el avión sobrevolando Rusia (en nuestro caso), y que parece estar cerca de alguna ciudad (en mi caso fué Ulan-Bator a la ida y Moscow a la vuelta), al cabo de media hora, vuelves a mirar el mapa y ves que la puñetera ciudad no se ha movido ni un ápice!!! Y se supone que ese trasto vuela a 1000Km/h? Entonces te invade la desesperación xD

Fase 3: Llega un punto en la fase 2, en que tu cerebro, tu capacidad de raciocinio, y tu moral ceden, no hay remedio posible, excepto quizas dormir las 12 horas que dura el vuelo (aunque parezca increíble hay gente que es capaz de hacerlo). Y entonces entras de lleno en la Fase 3, que se caracteriza en que ya te da absolutamente igual cuanto falte para llegar al destino, que faltan 4 horas, pues vale, que faltan 10, pues también...
En mi caso concreto esta fase duró 4 horas, igual que las otras dos anteriores, en el caso de mi hermano no lo sé, pues preferimos no hablar del tema para evitar remover traumas xD
Lo unico bueno de esta fase es que es la última (aunque en esos momentos no te importe).

Una vez superadas las 3 fases llegamos a Japón! No pudimo ver nada por las ventanillas porque teníamos asientos en el pasillo central, pero bueno, lo importante es que se acababa el calvario.
Una vez en el espaciopuerto... digo... aeropuerto de Narita, te das cuenta de que si el del Prat estaba bien y el de Milán era una porquería, este debe ser el mejor del mundo! No solo porque es el de llegada (que también), si no por lo extraordinariamente bien diseñado y ordenado que está... Aunque no entendiese japonés ni ingles, no me habría podido perder ni queriendo! Aunque por desgracia (culpa del cansancio) la unica foto que tuvimos ánimos de hacer del aeropuerto es esta en la que salgo yo comprando kleenex en un quiosco (Yuju! mi primera compra en Japón!), porque me helé de frío en el segundo avión.


Una vez recogidas las maletas sin ningún problema (excepto que estaban heladas!), en seguida encontramos la estación de tren, porque está dentro del propio aeropuerto, asi que no tuvimos que salir.
Al llegar compré los billetes del Narita Express (hablando yo en japonés y la del mostrador en inglés... primer caso de paranoya lingüistica) , que salía al cabo de 45 min. El trayecto dura exactamente una hora, y se nos hizo super pesado por lo cansados que estábamos, a mi me costó muchísimo no dormirme... asi que tampoco hay demasiados documentos gráficos del trayecto.


De momento lo dejo aquí que tengo ganas de jugar al Myst V y lo primero es lo primero... xD

En la próxima entrega de los Mundos de Yupi... digo, de nuestras aventuras por Japón, explicaré la llegada a la estación de Tokyo, el hotel y todo lo que hicimos el primer día (Información sujeta a disponibilidad de mi memoria...)

P.D.: De momento he colgado las imágenes usando el propio sistema de Blogger porque resulta que en Imageshack ahora hay un límite de 1,5mb por imágen, y las mías son de 5 mpx así que como mínimo ocupan 2mb... Voy a ver que otros sistemas pueden funcionarme bien y que me permitan usar thumbnails... si alguien tiene alguna idea que lo diga!